Semana a semana, cientos de padres llevan a sus hijos a academias de cualquier deporte. Unos lo ven como un kindergarden, otros como parte de su educación, pero una parte ve en su hijo a un futuro medallista olímpico o a un millonario deportivo.
A veces, en ese camino, llegan falsos entrenadores, que se hacen llamar técnicos y toman a estos niños y sobreviven una y otra vez con ellos, como un círculo vicioso.
De ese grupo, siempre sale uno bueno, por el poder de biotipo que tenemos en nuestro país, pero este "técnico" se monta en la ola y surfea para alcanzar uno que otro viaje, sabiendo la realidad a la que el atleta puede llegar, dependiendo, el deporte será el nivel.'
Por eso vemos maravillas a la hora de competir en Centroamérica, pero en cuanto se enfrenta al norte o al sur... eso fue todo para el campeón.
Esto no se lo dicen a los padres, que al empezar a ver medallas se emocionan e invierten cada vez más en ese niño ($$$). Al final se logra un buen atleta, uno que otro título en la pequeña región y algún momento de gloria en un torneo invitacional (algunos son un invento de Mandrake). A simple vista no parece un pecado capital. Pero tampoco es algo bueno, porque siempre existirá un padre o un atleta frustrado y eso sí que importa para nosotros los que amamos el deporte.
Es importante que los padres sepan qué quieren cuando ingresan a un hijo a una academia de cualquier deporte. Y más importante, tengan cuidado porque puede haber frustraciones. Pero sobre todo, la comunicación y el seguimiento es vital. Saber sobre qué terreno se camina.
Si se busca disciplina, trabajo en equipo, valores y más, entonces el camino no es difícil, pero si de verdad cree que su hijo tiene un talento y siente que él desea desarrollarlo, es diferente. Entramos en el fantástico camino del Alto Rendimiento, otra faceta del deporte, de la cual poco se sabe en Panamá, pero de la cual muchos hablan creyendo que con dos palabras técnicas pueden cambiar espejitos por oro.
Mi vida en el deporte me ha enseñado que "blofeadores" hay bastante. El deporte no es patear una pelota, eso cambió hace un siglo. Es una ciencia y como tal requiere científicos y no farsantes con un pito en el cuello...
