Parodiando la frase del famoso diálogo del fabulista Esopo en la obra "La zorra y las uvas", pasamos nosotros a dialogar con nuestro público sobre los geriatras del teatro: José Carranza, Carlos Bromley, Miguel Moreno, Ricardo Chávez, Luis Martínez, Manolo Madarnaz y las intensas y bellas damas: Isis Tejeira, Zelideth Rosales, "Beby" Torrijos, Dalila Aguilar, Isabelita Nachío, Blanquita Casanova, Eneida Valdés y Maritza Diez de Morales.
Nos seduce la idea de que los nuevos actores y actrices recuerdan con cierta nostalgia los momentos sublimes de viejas actuaciones de todos nosotros y muchos con cierto optimismo de tener un reencuentro, pero los productores y directores de esta nueva generación olvidan que existen obras con personajes de "carácter" y los cuales son catalogados como "los viejos". Nos hacen sufrir, porque nos colocan en el ostracismo y nos obligan a sumarnos al "asilo" involuntario.
Nuestros buenos amigos Carranza y Bromley y por las damas, Zelideth y Dalila, son los de esta nómina, que en alguna ocasión participan con los jóvenes de la nueva ola. Claro está que son los productores, los que a final de cuentas desechan la participación de los que cargamos varios años a cuestas y quedamos en la lista de los "olvidados".
El caso, casi patético, el mío, tengo cuatro años de no dirigir una obra, ya que mi estimada amiga Aurea Horta, me hacía partícipe de sus producciones hasta el 2001 cuando me despidieron del teatro. Claro está, que extraño los camerinos, los escenarios, ensayos y libretos, y aunque soy profesor de esta disciplina, no soy invitado. Tuve la fatalidad de haber grabado casi veinte capítulos de la telenovela "Cómo casar a Chente" y luego fui despedido por un director colombiano con una hoja de vida impresionante, pero que dejó en el patio un mal recuerdo, ya que sólo vino a recoger muchos billetes. Fui reemplazado por el buen amigo y actor Carlos Bromley.
Tuve la "buena fortuna" de grabar varias escenas de "El sastre de Panamá" en el antiguo Club Unión en Las Bóvedas y las mismas fueron eliminadas totalmente de la trama. Es decir, volví a quedar en proyecto. En ambos casos recibí muy buenos honorarios, los que de seguro pasará mucho tiempo para que reciba igual cantidad. No me quejo.
Hace pocos días, recibí de parte del director general del Canal Once, el licenciado Carlos Aguilar, un obsequio valiosísimo, "Breve historia del cine panameño" de César del Vasto y Edgar Soberón Torchía, quienes se introducen en la investigación de los fabricantes de imágenes con identidad y garras. Allí cuentan entre otras cosas, films en donde participé sin suerte y casi en el anonimato como "Yo fui violada", "Los desnudos y los muertos", "Cupido motorizado en el Canal de Panamá", donde realicé mi mejor actuación en cine extranjero como un "globero" y en la película se rompieron los globos. Todavía, si Dios lo permite, tendré mi gran oportunidad. No lo duden. ¡Felicidades en Navidad!