"La maté porque me era infiel y yo la quería mucho", dijo Vladimir Hernández Sánchez, quien la semana pasada ultimó de 13 puñaladas a Osiris Morales, en el sector de La Medalla Milagrosa, en el corregimiento de Cristóbal.
El homicida se entregó ayer voluntariamente a la Policía, porque sus familiares le pidieron que rindiera cuentas a la justicia.
Vladimir, bien sereno, explicó que Osiris "era mentirosa y no podía soportar que me fuera infiel; por eso me llené de rabia aquel día y decidí quitarle la vida".
"Cuando la asesiné tomé a mi hija en brazos y sentí tristeza porque había matado a su mamá, pero ya no podía hacer nada y la dejé cerca del lugar del crimen para después huir".