Celebramos hoy la fiesta de la Sagrada Familia, modelo y ejemplo de toda familia. El Evangelio nos presenta a Jesús, a María y a José huyendo hacia Egipto por temor a Herodes, quien busca a Jesús para matarlo. Obedientes, no ponen reparos a las órdenes de Dios. Es la lucha constante de todas las familias. Es la lucha del mal contra el bien.
La Sagrada Familia es modelo de emigrantes inocentes, de los que tuvieron que salir en busca de trabajo o de realización personal, o por tantos otros motivos. Hoy Jesús se manifiesta como hermano de los desterrados de todas las clases.
Pensemos en la violencia de tantos Herodes contra la vida de millones de seres humanos, de niños, forzados a la miseria, a la desnutrición, al hambre y al sufrimiento.
La familia hoy encuentra dificultades, pero el sacrificio, la cruz, que son elementos inevitables de la existencia humana, se convierten en factores de crecimiento personal. La familia siempre debe estar en camino de búsqueda de salvación y en actitud de éxodo hacia la patria esperada. La cruz estará siempre en el camino, pero si es asumida con fe y amor será fuente de vida y nos ayudará a reforzar los vínculos del amor.
Herodes está siempre al asecho. Se ha sofisticado de manera increíble. Cada día crece el número de familias que se disuelven o que viven el infierno en sus casas por la incomprensión, los disgustos, los maltratos... Y sobreabunda el divorcio, la infidelidad, el abandono y tantas familias tienen que sufrir por los hijos drogadictos, los niños especiales, los embarazos indeseados... La familia debe vivir con fe y con amor, ese amor que libera y reconcilia.