En la propiedad vivía un hombre de nombre Samuel, quien perdió todas sus pertenencias.
Inútiles fueron los esfuerzos que realizaron los camisas rojas, quienes llegaron al lugar.
La Policía acordonó el área para impedir que los moradores dificultaran el trabajo de los bomberos.
Gracias a Dios, no hubo muertes ni heridos sólo daños materiales.