Que se esté preocupando por todo y a todas horas; que esté martillando su mente con golpes incesantes de miedos y desgracias que pueden suceder, que su imaginación corra veloz, descontrolada y casi demente, visualizando sucesos que pueden ocurrir y que usted percibe con un realismo tan grande que su cerebro y su sistema nervioso o experimentan como si estuvieran ocurriendo. Si a usted le está pasando esto, le decimos: Dios le perdona sus errores si se arrepiente. Probablemente mucha gente también le perdone si usted pide perdón, pero su sistema nervioso no perdona. Si usted cultiva la preocupación obsesiva y vive siempre alterado por cosas que están ocurriendo en su imaginación o en la realidad, pero agrandas al máximo por su yo interior, su sistema nervioso se enfermará y puede ser irreversible el daño.
El médico católico Alexis Carrel, premio Nóbel, dice que quienes no saben combatir las preocupaciones, mueren jóvenes. Puede ser que la vida física les dure bastantes años, pero su vida psicológica se les acaba pronto y quedan reducidos a ser unos seres entristecidos y huraños. Su sistema nervioso puede dañarse para siempre. ¡Cuidado!.
El andar preocupados y llenos de temores y tristezas produce en el organismo la más completa colección de enfermedades, cada cual más desagradable. La persona preocupada sufre de indigestiones nerviosas, úlceras estomacales (que al sangrar abundantemente pueden producir la muerte en pocas horas), perturbaciones cardíacas, insomnio, jaquecas, etc.
El estar tenso y nervioso afecta las glándulas que producen los jugos que intervienen en la digestión y esto daña el estómago. La preocupación pone demasiado tensos los músculos del cuello y esto afecta las arterias que llevan sangre al cerebro y de ahí pueden venir desvanecimientos. Y si todo esto es cierto, ¿por qué estar preocupado siempre, viviendo tenso, alterado, nervioso? Jesús, el médico del alma, nos dice: ¿De qué nos sirve ganarnos el mundo entero si al final perdemos la vida, si al final perdemos la salud? Muchísima gente vive excesivamente preocupada por las cosas materiales y sus muchas tareas, para al final perder su salud física y mental.