Es propio de las islas de clima tropical y subtropical del océano Pacífico, sin embargo su cultivo se ha extendido también por Centroamérica, el Caribe y el África tropical.
Forma: De forma redondeada, presenta una cáscara correosa externa de color amarillo o anaranjado, una capa fibrosa intermedia color marrón y un hueso central, en cuyo interior se encuentra la semilla, formada por una pulpa blanca, que es la parte comestible.
Peso: Puede llegar a pesar más de 4 libras.
Cómo elegirlo: Debe ser aromático como el melón. Si no se escucha el típico movimiento del agua en su interior, es porque el coco está seco, demasiado maduro.
La composición nutritiva del coco varía a medida de que este madura. Contiene una baja cantidad de agua. Destaca su aporte de grasas, principalmente saturadas (88, 6 % del total), que lo convierten en un fruto muy calórico. Aporta una baja cantidad de hidratos de carbono y proteínas. Muy rico en sales que participan en la mineralización de los huesos (magnesio, fósforo, calcio). En cuanto a otros nutrientes, destaca su aporte de fibra.
El consumo "excesivo" de alimentos ricos en grasas saturadas provoca un aumento de los niveles de colesterol en sangre (hipercolesterolemia). Sin embargo, el coco es una fruta que en nuestro país se consume en cantidades muy pequeñas.