Los jugadores del Quilmes, de la Primera División del fútbol argentino, se entrenaron ayer con custodia policial, debido a las agresiones que sufrieron el sábado último por parte de barrabravas del club.
"Es lamentable que tengamos que entrenarnos así", aseguró Leonardo Madelón, técnico del equipo, que marcha último en la clasificación del Torneo Apertura, disputadas 13 jornadas.
Tras caer a domicilio por 1-0 ante el Gimnasia y Esgrima La Plata, un grupo de hinchas violentos del Quilmes agredió con piedras al ómnibus en el que regresaban los jugadores, cuyos automóviles también fueron dañados en las instalaciones del club.