Un alto oficial que se mantiene hoy vigente era el jefe de la unidad de morteros del área de Curundú. Varios civiles también colaboraron en los preparativos de voladura de la represa Madden y de Gatún.
Otros blancos eran el hostigamiento y ataques a la Policía de Balboa, la base de Howard que sería atacada con morteros desde Veracruz; el puerto de Balboa era otro de los blancos, así como Fuerte Davis, Clayton y Albrook.
Aspectos de dicha operación también habían sido revelados en el libro "Las Memorias de Manuel Noriega, el Prisionero Americano", escrito por el ex general y Peter Eisner".
La publicación identifica a nueve oficiales como los especialistas a quienes se les encomendó la misión.
Según Noriega, para "Huele a Quema'o" se conformaron varios grupos que operaban en el Atlántico y Pacífico. Uno de los comandos utilizaba el camuflaje de "inocentes pescadores", pero en sus botes poseían lanzacohetes franceses.
Cuando el Senado aprobó los tratados en "Radio Libertad", se lanzó la palabra clave: "son potables", que significaban que las enmiendas no desvirtuaban el espíritu de los tratados y por ende, se abortaba la operación.
Antes de la difusión del libro de Noriega, el ex negociador de los tratados, Rómulo Escobar había declarado que el plan de Torrijos contra el Canal fue identificado como la Operación Potable.
El mensaje de desmontar la operación les llegó a los comandos a través de pequeños radios transistores Sony, que les habían suministrado. Al final, a los participantes sólo les dieron un pergamino de reconocimiento que llevaba la firma del general Torrijos.
Tras la invasión, en el centro de interrogatorio montado por el Ejército de Estados Unidos, los oficiales norteamericanos interrogaron a varios militares panameños sobre la Operación "Huele a Quema'o".
