La comarca Ng�be Buglé guarda en lo profundo de sus campiñas la belleza natural de sus verdes paisajes, escondidos en medio de la pobreza, abandono, miseria y enfermedades que sufre su la población.
Nadie se imagina que en medio de tanta belleza escénica y natural se encuentra la Comarca Ng�be Buglé, localizada en el mismo centro de nuestro país. Pero que a la vez atraviesa serios problemas de miseria, calamidad, enfermedades, abandono y condiciones infrahumanas, para las humildes personas que no tienen la oportunidad de mejorar sus condiciones de vida por lo apartado de sus pueblos en relación a centros urbanos, sin que existan vías accesibles de manera permanente.
EN EL OLVIDO
Buenaventura Carpintero, vocero de los indígenas, dijo que generaciones tras generaciones de gobiernos se les ha tenido en el olvido y que pareciese que solo se acuerdan de ellos en los momentos electoreros, por lo que viven marginados y carentes de buenas carreteras proyectos de mejoramiento habitacional, atención permanente e inmediata de médicos en caso necesario entre otros.
Las pequeñas casas son bohíos con techos de paja y paredes de quincha o embarra de forma circular, otras rectangulares hechas de esa forma para guardar un poco el calor, porque en la parte de la cordillera central en todas las épocas del año hace frío. En ellas conviven hasta ocho personas, miembros de la misma familia.
Los bohíos tienen poca ventilación y son numerosas las familias que viven en una sola casa, probablemente este pudiese ser uno de los factores que influyen en los problemas respiratorios que tienen los niños de la comarca en estos momentos.
Jesús Mendoza, cacique Regional en El Peñón, comentó que tradicionalmente las casas se construyan de esa manera, muchos las hacen cerca de un familiar o simplemente el dueño la construye donde crea conveniente.
Camino a hacia Batata, se encuentran estos bellos paisajes, con viviendas y poblados indígenas abandonados, y en el que solo se encuentran personas que caminan hacia otras comunidades por largas horas para ver un familiar o para pedir ayuda, como ocurrió recientemente con los niños y adultos enfermos.