El vicepresidente de la ABP, Mario de Diego, indicó que la principal responsabilidad por la generación de una burbuja o el colapso inmobiliario, son los promotores y corredores, cuya obligación es asegurarse de que no se sobrestime el potencial en un afán desmedido de desarrollo, sin ellos monitorear el mercado real y dejarse llevar por un entusiasmo ilusorio y una sed desmedida de negocios, sin las debidas precauciones y salvaguardas.
Puntualizó que aunque los bancos no pueden prevenir o evitar un colapso inmobiliario, sí pueden tomar mayores precauciones en su otorgamiento de crédito para evitar que sus préstamos se tornen incobrables, y en los pocos casos en que ello sucediera, que el bien hipotecado, por el valor asignado por el banco, sirva para cubrir la deuda.
"No hay duda de que también comparten responsabilidad las propias autoridades que otorgan los permisos de construcción, si no mantienen también un monitoreo de lo que está sucediendo en el mercado, no sólo desde el punto de vista de la oferta, sino más importante de la demanda", acotó.
Enfatizó que las autoridades no pueden simplemente cerrar los ojos y seguir autorizando permisos de construcción de manera ilimitada, solamente por el entusiasmo y porque confían ciegamente en los promotores, sin realizar sus propios análisis de la demanda, tanto interna como extranjera.