Una docena de guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) fueron acusados en Nueva York por el secuestro en Panamá del anticastrista Cecilio Padrón, perpetrado en abril del 2008 en el exclusivo sector de Costa del Este.
El secuestro contó en Panamá con la colaboración de policías que recibieron 500 dólares por su apoyo, pero hoy esos uniformados guardan prisión y pronto deberán enfrentar un juicio en tribunales panameños.
La justicia es una de las fortalezas del sistema norteamericano. Padrón fue secuestrado en abril del 2008 y liberado en febrero del 2009 tras el pago de un rescate de tres millones de dólares, pero ya se está encausando a los responsables de ese ilícito. No hubo que esperar años para definir el proceso; el que la hace la paga y la paga pronto.
Caso contrario es Panamá, donde se cometen delitos y los fiscales y tribunales demoran años para llevar a los responsables al banquillo de los acusados. Quizás esa es una de las causas que se proyecte la percepción de que existe impunidad en muchos ilícitos.
Una justicia expedita transmitiría el mensaje al delincuente de que si infringe la ley, en corto tiempo estará ante un tribunal para que defina si va a prisión o sale absuelto.
Pero antes debe resolverse la mora judicial acumulada por años. Por qué razón los encargados del Organo Judicial y del Ministerio Público no han dispuesto jornadas extraordinarias para celebrar en un corto tiempo esas audiencias pendientes. Cada año es un permanente llorisqueo al momento de reclamar presupuesto, pero también es hora de que se aumente la producción y que cumplen con las labores pendientes que cada año acumulan en sus despachos.