Los bancos de inversión de Estados Unidos tiemblan. Ayer Lehman Brothers se declaró en bancarrota y su rival Merrill Lynch decidió una venta de urgencia al Bank of America. Es un terremoto financiero, resaltan los especialistas mientras veían caer los mercados globales.
Lehman Brothers se fue a la quiebra por las malas apuestas en activos en gran parte ligados al mercado inmobiliario, que sufren ahora una fuerte depreciación.
Lo sucedido debe llamar la atención de banqueros y financistas en Panamá. Es probable que esa crisis no nos alcance, pero es hay que verse en ese espejo y tomar las medidas preventivas para evitar la comisión de los mismos errores.
Panamá es un mercado emergente y tiene una buena salud financiera, pero siempre hay que estar preparados y tomar medidas para evitar caer en crisis similares. En el país se ha dado una excesiva especulación con los bienes y raíces y no hay que descuidar esa situación. La banca debe ser cautelosa al financiar ese tipo de inversiones.
Tras la quiebra de Lehman las acciones de los bancos estadounidenses vienen en picada. El mundo enfrenta la mayor quiebra de Wall Street desde 1990.
La angustia financiera no cesa. Ya se teme que la aseguradora American International Group (AIG) trata desesperadamente no convertirse en el último gigante financiero en hundirse en una crisis de liquidez, también provocada por masivas pérdidas por malas inversiones hipotecarias.