No sólo la ciudad de Panamá está gravemente afectada por el caos que reina en las calles. Si para los conductores es frustrante compartir las vías con los "diablos rojos", para los usuarios que ellos transportan es un pesadilla viajar en autobús.
Desde hace 15 años la Autoridad de Transporte Terrestre (ATTT) sabe que los "diablos rojos" son inadecuados para movilizar a los pobladores que lo requieren para llegar a sus trabajos, asistir a las escuelas y colegios, y regresar a sus hogares.
Porque un millón 300 mil usuarios son trasladados en condiciones de gran incomodidad e inseguridad y requiriendo excesivos trasbordos que se traducen en gastos mayores innecesarios.
Pese a que la tarifa es de 25 centésimos, la más baja por kilómetro en la región centroamericana --según los propios transportistas- el costo económico y social es mucho mayor, según Jorge García, de la Comisión de Transporte de la Cámara de Comercio.
"Se debe medir el hecho de que los usuarios tienen que madrugar y viajar 3 a 4 horas todos los días para llegar a tiempo a sus puestos de trabajo y regresar por la noche", recalcó.
Esta situación genera la improductividad y el impacto que tiene en la calidad de vida de los usuarios y hasta del propio transportista.
Y es que el desgaste físico y emocional; así como el irrecuperable tiempo para compartir y atender a su familia, no tiene valor para los padres y madres que laboran y se transportan en los "diablos rojos".
"Son estas, todas razones de peso para motivar a transportistas, gobierno y sociedad civil a buscar ya una solución en conjunto a la problemática del transporte en la ciudad de Panamá", recalcó García.