Quizás usted haya visto a uno, un par, o a 12 monaguillos (máximo, representando a los 12 Apóstoles), en la celebración de una Santa Misa Católica. Pero...¿Ha visto a 140 monaguillos juntos en una sola misa?. Los areneros tuvieron esa maravillosa oportunidad de verlos la pasada semana en la clausura del "Primer Encuentro Diocesano de Monaguillos" celebrado en la Parroquia de Nuestra Señora de Las Mercedes, en el Corregimiento de La Arena, en Chitré. Niños y niñas de 10 parroquias del interior del país.
Para el profesor Aramis Aguilar, de la Parroquia San Atanasio, de La Villa de Los Santos, quien es formador de monaguillos, este Primer Encuentro Diocesano de Monaguillos "ha sido extraordinario. Resulto mucho más grande, mucho más espiritual de lo que yo esperaba".
El profesor Aguilar, tal como lo dijo, lleva toda una vida de experiencias, formando monaguillos "y nunca habíamos tenido un encuentro como éste, que va a ser historia por lo espiritual, especialmente para nuestros niños y niñas; para alejarlos de los malos caminos; para que se formen como buenos cristianos".
Para el monaguillo Edilberto Domínguez, de Santo Domingo de Las Tablas, el Encuentro estuvo muy bien organizado, y fue una experiencia muy hermosa, donde pudo convivir por tres días con muchos monaguillos de otros lugares. Agradeció a los padres de familia de los monaguillos anfitriones, por la excelente acogida durante la celebración del mismo.
José Pinilla, monaguillo de La Arena, manifestó que encuentros como éste deben repetirse por lo que aprenden, y más por la vocación que tienen en servir al Señor.
En tanto el Padre Juan Solís, cura párroco de La Arena y gestor de este Encuentro, manifestó que la idea surgió precisamente con los monaguillos de La Arena; "ellos lo pensaron, lo planificaron; y por supuesto, comenzamos a invitar a todas las parroquias de la Diócesis. Para ser el primero nos parece que ha sido todo un éxito".
Participaron 10 parroquias, 140 monaguillos, entre niños y niñas. Para el Padre Juan, la comunidad de La Arena fue muy acogedora, ya que los hospedó y alimentó en sus casas. Fue un éxito espiritual para todos que se prepararon en información, meditación; observaron incluso algunas películas, para luego meditarlas y aprender a ver televisión, cine de un modo critico, de un modo constructivo, de un modo inteligente, "para no tragarnos lo que se nos presenta muchas veces".
Para el Padre Juan, de eso se trató, de que reflexionen sobre lo que la comunidad y la sociedad les ofrece; pero sobre todo: "lo que les ofrece Cristo Jesús", manifestó.