Panamá y otros ocho países de América Latina ganaron una batalla en la guerra que mantienen con la Unión Europea (UE), que busca establecer un arancel adecuado en vez del sistema de cuotas en la importación de banano.
El triunfo fue en el seno de la Organización Mundial de Comercio (OMC) que declaró ilegal la tarifa propuesta de 281 dólares, que pretende la UE.
Panamá considera que el arancel correcto sería de 92 dólares. Ahora viene un arbitraje en la propia OMC para fijar el arancel, que no afecte a los países latinoamericanos frente a sus competidores representados en las colonias europeas en África, el Caribe y el Pacífico.
Para Panamá, el llamado oro verde es una de sus principales exportaciones, representando el 12 por ciento de ese renglón de la economía nacional.
Europa es el mercado más rentable para el banano panameño que se cultiva en Bocas del Toro y Puerto Armuelles.
Sin embargo, en la última década las exportaciones de banano se han reducido en 41 por ciento y hoy apenas alcanzan las 400 mil toneladas. El banano generó el año pasado divisas para el país por el orden de 108 millones de dólares.
Una de las divisiones que en otrora era de las más productivas -la de Puerto Armuelles- hoy enfrenta una severa crisis. Bajo el manejo de una cooperativa de trabajadores, la antigua plantación de la Chiquita Brands, apenas logra los ingresos para cubrir sus gastos y cada quincena enfrenta problemas para el pago de la quincena de sus obreros.
Ojalá que la salida que se adopte en la OMC sea satisfactoria para Panamá y por ende, para la producción bananera en Puerto Armuelles, un sector de la población chiricana, que hoy vive inmerso en la pobreza, añorando tiempos de antaño, donde el oro verde hizo vivir épocas doradas al distrito de Barú.