Sin ningún desparpajo, la señora comentó que ese hombre tenía una mujer y un hijo cerca del barrio. Resulta que "ese hombre" se había casado hacía días con una joven del barrio. Con el chisme, la mujer quería dañar la imagen del caballero.
Y como todo bochinche, ¡lo que dijo la doña era mentira!
Pero a ella no le importó el daño que podría hacer al nuevo matrimonio. Cuando alguien le indicó su error, solamente murmuró: "Es que me confundí, yo creí ver al novio..."
Otra señora circuló un cruel bochinche, simplemente porque no la invitaron a la supuesta fiesta de la boda.
Sin pensar en el daño que hacía, dijo a los vecinos que "eso de la boda era mentira, porque yo soy muy amiga de la familia no me invitaron a la fiesta".
Y sin ninguna vergüenza, afirmó muy seria que "lo que sucede es que la joven vive con un hombre casado y están inventando lo de la boda para las apariencias".
Aunque los bochinchosos pueden ser de ambos sexos, por lo general hay más mujeres involucradas en esta mala acción.
Los bochinchosos no solamente puede destruir reputaciones y relaciones familiares. A veces causan líos de sangre.
Hay gente que "se traga" todo lo que escucha, sin pensar si es verdad o mentira... ¡y estalla!
Añada a esto que a veces los bochinchosos son hasta parientes de los afectados. Eso da veracidad al cuento.
Recuerdo una vez que una parienta política aseguró que me había visto por lugares oscuros con "tremenda fula".
Menos mal que a la hora del bochin yo estaba tranquilamente en el cine con testigos.
¿Cómo acabar los bochinches?
Que dejen de decirlo es difícil, a menos que Ud. sorprenda al bochinchoso hablando su mentira y le dé un "sopla mocos".
Lo más efectivo es comprender lo que le dijeron. Sin ninguna pena, Ud. debe decirle al afectado "me dijeron esto. Quiero saber si es verdad o mentira".
Después es conveniente tratar de identificar al bochinchoso(a) para desenmascararlo e impedir que siga derramando su veneno.
Sí, quien dice bochinches es tan venenoso como una serpiente...
A veces corren el bochinche porque sus almas torcidas se regocijan con el daño al prójimo. ¡Así que también son enfermos mentales!