Iniciamos agosto, un mes crucial para la definición del Diálogo Nacional y para lograr una nueva legislación de la Caja de Seguro Social.
Las perspectivas no son nada halagadoras. El Frente Nacional por la Defensa de la Seguridad Social (FRENADESSO) amenaza con retirarse de las conversaciones.
Sería una decisión errónea, porque la población espera que se hagan los mejores aportes de todos los sectores.
El retiro del diálogo daría el traste todos los sacrificios que representó el mes de huelga de obreros, docentes y médicos. Lo más sensato es permanecer en la mesa de conversaciones, para lograr el mejor proyecto posible.
Más que cuestionar la metodología del diálogo y la figura del facilitador, lo que corresponde ahora son los aportes que se hagan.
El problema del Seguro Social, es básicamente económico y en esa línea se deben hacer las contribuciones de los sectores partícipes.
Que cada uno de los técnicos designados por FRENADESSO, empresarios, gobierno y otros grupos trabajen en esa línea, de lo contrario las conversaciones que se adelantan será una pérdida de tiempo.
No se puede negar que el Seguro Social enfrenta una crisis actuarial y operacional en la mayoría de sus programas, sobre todo en el de Invalidez, Vejez y Muerte, por eso lo más responsable es buscar una salida que logre el mayor respaldo posible.
Al mismo tiempo, el gobierno debe mantener una actitud honesta y debe evitar infiltrar los diversos sectores partícipes de las negociaciones, porque la población no es tonta y descubriría tarde o temprano ese tipo de jugadas.