Cada vez que se introducen reformas laborales que afectan al sector obrero se han producido enfrentamientos con los antimotines con saldo de muertos y heridos.
En 1986, la compañía "Dobermans" en la represión que desató contra un grupo de obreros que protestaban contra las reformas al Código de Trabajo a la altura de Santa Ana, dispararon perdigones contra Yito Barrantes Méndez, provocándole la muerte.
Para el año 1995, otro paquete de reformas a la legislación laboral contenida en la Ley 44 de 12 de agosto originó choques entre obreros y los antimotines con saldo de cuatro muertos y un número plural de heridos.
Ahora 15 años después, otra reforma provocó violentas manifestaciones en el distrito de Changuinola con saldo "oficial" de dos muertes a causa de disparos de perdigones.
Esos registros fatales deben servir de llamado de atención a éste y a los futuros gobiernos al momento de introducir cambios que puedan representar afectación a los grupos sindicales.
Las muertes a causa de disparos de perdigones también exigen de la Fuerza Pública una revisión de sus métodos de represión o control de manifestantes.
Ya la Defensoría del Pueblo pidió al gobierno suprimir ese tipo de armas como instrumento para disuadir protestas. Lo sucedido en Changuinola reclama una revisión por parte de la Policía de sus operaciones antimotines.