El fragmentado cometa Shoemaker-Levy 9, llamado así en honor a los astrónomos que lo descubrieron, causó el fenómeno celeste más importante en la historia de la astronomía en julio de 1994, cuando se estrelló en colisiones sucesivas contra el planeta Júpiter, el mayor del sistema solar. Esta imagen muestra las marcas sobre la superficie de Júpiter que dejaron varios de los fragmentos del cometa. Cualquiera de los fragmentos que se estrellaron con el gigante gaseoso hubiesen causado la destrucción total del planeta Tierra.