Los dolores de espalda o lumbago presentan síntomas en la mayoría de los casos suficientemente claros, así el médico tras una serie de preguntas y un examen físico rutinario puede hacer el diagnóstico. A veces pueden ser necesarias radiografías y otros estudios especiales como la resonancia magnética.
El tratamiento es generalmente sencillo. Reposo en cama dura, administración de analgésicos (acetaminofén) o antiinflamatorios, dependiendo de la intensidad del dolor. Se pueden administrar relajantes musculares. Sumamente útil, la fisioterapia en la cual le colocarán calor local y le enseñarán una serie de ejercicios y recomendaciones de postura. La recuperación va de días hasta un mes.