Lo que tú más quieres define tu conducta como ser humano. Lo que tú más deseas condiciona tus pensamientos y tus actitudes más profundas. Lo que más deseamos influye en la mayoría de los pensamientos diarios que tengamos. Esto al extremo de que creamos falsamente que si no conseguimos lo que deseamos no seremos felices y tendremos una existencia desgraciada. Lo que uno más desea te hace ver las cosas de acuerdo a lo que quieres y lo que impida alcanzar aquello se convertirá en tu enemigo y podrías llegar a odiarlo y querer hasta eliminarlo.
POR ESO HAY DESEOS QUE MATAN. Los que han puesto toda su atención en el dinero han transformado su vida metalizándola, transformando su corazón en una roca. Todo lo miden desde la economía y las personas sólo valen en cuanto rindan, produzcan y aporten algo.
HAY QUE PURIFICAR EL CORAZÓN. Un buen consejo es este: tienes que observarte como si fueras "otro" que de manera fría y objetiva te analiza. Estudia tus comportamientos, logra descubrir realmente qué quieres, qué deseas, cuál es tu motivación más profunda, la que te hace invertir más tus energías, atención, pensamientos y tiempo.
HAY QUE ENFOCAR TU ATENCIÓN EN IDEALES NOBLES. Ese el gran reto nuestro. Entiendo por ideal noble el que te haga mejor persona, te ayude a crecer integralmente y mejore en algo la condición de la humanidad y del universo.
DETRÁS DE LOS ASESINOS HAY DESEOS DE ANIQUILACIÓN. Nadie mata por matar. Los que se atreven a quitarle la vida a alguien, primero lo mataron con su corazón. Poco a poco, sea por resentimientos y odios, o por dinero si es un vil sicario, el asesino planea el crimen, lo hace visual, se motiva con las imágenes. Lo está matando en su alma y por eso Jesús nos dice que el que insultó mentalmente a otro lo está matando y merece el mismo juicio que un asesino, así como el que deseó a la mujer de su prójimo ya adulteró. Es decir, "del corazón del hombre nacen los homicidios, robos, adulterios...." Debemos estar siempre vigilando nuestros deseos, porque pueden ser el origen de una vida dichosa y plena, o de nuestros más terribles sufrimientos y frustraciones. Recuerde que con Jesús podemos purificarnos de nuestros malos deseos, porque con El somos invencibles.