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"Yo quería un hijo, pero no de mi padre"

Yodalis Betancourt | La Voz del Interior, Crítica en Línea

El incesto es un mal endémico que calladamente viven niñas en comunidades apartadas como Santa Rosa y Hierba Buena en el corregimiento de El Cacao, distrito de Capira. Una de las víctimas expresó "Yo quería un hijo, pero no de él".

Este no es el único caso, la DIJ de La Chorrera investiga otro hecho similar de un hombre que cometió doble incesto en perjuicio de dos de sus hijas, a las que llegó a embarazar y parieron a los 13 años.

El hecho tuvo lugar en el sector montañoso de Santa Rosa de Capira, en donde todo quedó al descubierto, gracias a una denuncia que llegó a través del MIDES, pues moradores del lugar pusieron a este Ministerio al tanto de lo que estaba ocurriendo.

Inmediatamente se inició la investigación y se pudo confirmar que un hombre de aproximadamente 49 años había embarazado a sus dos hijas: una de ellas hace 8 años y la otra recientemente, pero en ambos casos, por casualidades de la vida, las preñó cuando tenían sólo 13 años.

Aunque pagó condena de 5 años por el primer caso, no hubo escarmiento por el castigo cumplido porque cuando salió de la cárcel repitió la misma hazaña con su otra hija, a quien con el mayor descaro señaló como "su mujer".

OTRO CASO
Otro ejemplo real del incesto es el de una joven de la comunidad de Hierba Buena, corregimiento de Cacao, distrito de Capira, cuya madre -a quien de manera ficticia llamaremos María, de 56 años- cuenta el calvario que vivió al darse cuenta que sus 3 hijas habían sido abusadas por el propio padre.

El detonante de esta situación fue la más chica de sus tres hijas, a quien nombraremos Alicia, que para ese entonces tenía 12 años, estaba en sexto grado.

Fue la gordura de su hija lo que a la madre le despertó la malicia, aunque pensó que estaba embarazada del muchacho que andaba con ella.

Tratando de ocultar la falta su hija, dijo que estaba embarazada de su novio, pero él lo negó, y a través de un examen que le hizo un "maestro yerbero" se dieron cuenta que el hijo que iba a tener era de su papá.

María nunca se atrevió a decirle nada a su marido porque le tenía miedo, pero buscó apoyo en sus otros hijos.

Lo que ella menos se esperaba era que sus otras dos hijas también habían sido abusadas por su padre, tal y como se lo confesaron.

Fueron sus propios hijos los que valientemente se decidieron a denunciarlo en la Corregiduría de El Cacao, "enseguida vino el carro de la Policía a buscarlo".

El hombre, quien tiene ahora 56 años, admitió que había abusado de sus tres hijas, de las cuales la peor suerte la tuvo la menor que quedó embarazada. Ahora, la hija y hermana de Alicia tiene 3 años, los mismos que lleva su padre-abuelo encerrado en la cárcel pagando condena de 10 años por el delito cometido.

María tuvo 5 hijos con este hombre, dos varones y 3 mujeres, pero no quiere saber nunca más de él y no le perdona el pecado cometido con sus niñas.

Alicia, con voz muy apagada y la mirada perdida cargando en sus brazos el fruto del infierno que vivió sometida a los desmanes de su padre, confiesa que nunca se atrevió a decirle nada a su madre "porque tenía mucho miedo, él me decía que me iba a matar si decía algo".

Indagada si cuando se enteró que estaba embarazada quería tener a su hijo, dijo firmemente: "Yo sí quería tener un hijo, pero no de él", sobre todo porque con la noticia terminó su noviazgo.

En medio de su dolor, Alicia siente satisfacción de que su padre esté en la cárcel pagando por el abuso cometido en su contra.

SIGUE CALVARIO
Desafortunadamente su calvario no termina allí, ya que su hija nació con problemas. Sufre del corazón y no habla. Los viejos dicen que estos son taras que tienen los hijos de quienes a pesar de ser familia, mantienen relaciones; como castigo de Dios.

Esa es una de las razones por las que Alicia quiere trabajar para poder velar por la salud de su niña, que constantemente sufre de ataques, por lo que está sometida a un tratamiento de Depakene, Tegretol y Panadol líquido, que tiene que comprar porque el Seguro no las tiene.

Su caso no es exclusivo de la comunidad de Hierba Buena, ella conoce de otras jóvenes que han pasado por lo mismo.

"Yo conozco una que sí tiene su hijo, pero la otra lo mató. Ella era más joven que yo y dicen que sospechaban que era del papá...ellos se fueron de la comunidad", nos comentó.

Lamentablemente, Alicia como algunas otras niñas de su comunidad, Santa Rosa, Cirí de los Sotos y muchas otras del distrito de Capira, no tienen acceso a un programa que las ayude a superar el trauma que deja este tipo de relaciones que afecta a toda la familia.

ORIENTACION
Clodys Rivera trabaja como promotora de la salud en el Puesto de Salud de Cacao y, a través de la confianza que se ha ganado dentro de la comunidad, logra captar mucho de estos casos, cuyas madres y víctimas llegan en busca de atención.

Allí las víctimas y sus hijos reciben atención médica y, en los casos que por las limitaciones económicas lo amerite, se les entrega crema nutritiva para la alimentación de sus niños.

Según Clodys Rivera no todos cooperan, ya que existe una especie de temor en involucrarse en el problema que impide que algunas personas, como los educadores que a veces conocen de ciertos casos, hagan la denuncia respectiva.

La DIJ exhorta a las personas que hayan tenido algún caso de delito contra el pudor o a quien sepa de un hecho similar a que presenten su denuncia, ya que cuentan con un personal entrenado especialmente para atender a las víctimas.

Según informes de la DIJ, el distrito de Capira registra un alto índice de delitos contra el pudor, sobre todo de incesto, que han sido reportados en sectores montañosos como: Santa Rosa, Cirí de los Sotos, Cirí Grande y Peñas Blancas, entre otros.

HAY QUE DENUNCIAR
Actos libidinosos también se registran con mucha frecuencia en esta área, en donde el denominador común es que los victimarios son familiares de las víctimas, en su mayoría menores de 10 años, que son manipuladas por tíos y primos.

La referencia que existe en estos casos casi siempre es la misma, un pequeño rancho en donde la familia vive hacinada, en una especie de "todos contra todos".

Las madres, en estos casos, guardan un silencio cómplice para no verse afectadas con el ingreso que aporta el hombre de la casa, debido a que viven en una especie de economía de subsistencia, que temen perder si denuncian al marido.

Estos hechos están siendo tramitados a través del MIDES para que se les dé el seguimiento debido y no queden como un caso más y las autoridades correspondientes tomen cartas en el asunto.

Es alarmante que casi el 40 por ciento de los expedientes que se analizan en la DIJ son por delito sexual. Ello se refleja en que la mayor parte de los casos que han atendido en los últimos 3 meses proceden de esta área que comprende comunidades como: Cirí Grande y Santa Rosa.

La agente de instrucción delegada de la DIJ de La Chorrera, Gloria Biebaratch dice que han tenido casos de niños de 4, 5 y 6 años que son tocados por vecinos cercanos, hasta llegar a la penetración, el abuso sexual o son obligados a tener algún tipo de relación sexual.

Curiosamente, asegura que no se conoce ningún caso de madres que tengan relaciones sexuales con sus hijos, ya que la mayoría son cometidos por los padres.

Las denuncias que son presentadas en esta instancia, en su mayoría, llegan de parte de colegios donde se han impartido muchas charlas al respecto, "se ha hecho énfasis de que una sola llamada anónima es suficiente".

Los abuelos y hermanas de las víctimas también suelen presentar las denuncias sobre estos casos, pero muy pocas veces lo hacen las madres de las víctimas "obviamente hay un vínculo con su agresor". Aunque pueden hacerlo de forma anónima y se abre la investigación como un informe porque no se puede dejar pasar por alto esta situación, expresa la delegada.

Una vez que la víctima o algún familiar presenta la denuncia del referido abuso, se le toma una declaración o testimonio y se le da un oficio para medicina legal, para ginecología, si es una niña, y si es un varón para pederastia.

Cuando el médico forense lo atiende les remite la información y se le solicita una evaluación psicológica o psiquiátrica, dependiendo del caso.

Normalmente, los casos de delitos sexuales comprenden señalamiento de la víctima (cuando se trata de adolescente o niños) y cuando son adultos por medio de una querella.

En casos de violación, la pena se agrava cuando es familiar, tutor o maestro, con pena de 8 a 12 años, cuando se trata de casos libidinosos o abusos deshonestos, incluso sin que medie violencia va de 10 a 15 años. En estos casos no se admite fianza.

Es importante señalar que las instituciones que tienen que ver con este tipo de delito son el Ministerio Público, el Ministerio de Desarrollo Social, Ministerio de Salud, Caja de Seguro Social y el Juzgado de la Niñez, a los cuales cualquier persona afectada puede acudir.

TIPOS DE INCESTOS
El incesto es una situación que afecta la armonía intrafamiliar porque supone la confusión de los roles sociales e incluso la alteración de las relaciones jerárquicas dentro del grupo (por ejemplo, la ocupación del rol de padre-marido y abuelo, al mismo tiempo, y de madre-hermana y de hermanos-primos, hijos y nietos).

Esta situación se da con mayor prevalencia en las comunidades marginales, en donde existe una especie de cultura en la que tan pronto la hembra se pone vieja es reemplazada en el aspecto sexual por sus hijas de la forma más natural.

Este fenómeno aparece registrado hasta en la mitología tal es el caso del dios Zeus que tomó a su hermana Deméter, con la cual tuvo a Perséfone, con quien a su vez cometió un doble incesto al tener un hijo, el cual fue llamado Dionisio Zagreos.



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