Raúl", lo llamamos así porque no tiene identidad, no fue inscrito por sus padres en el Registro Civil y vive junto a sus tres hermanos y padres en condiciones deplorables en el corregimiento de Los Canelos, distrito de Santa María, provincia de Herrera.
Ninguno de los niños había podido acceder al derecho de Educación, dos de los niños no han sido inscritos (falta de identidad). No saben hablar y la madre de los niños tiene discapacidad mental.
Viven dentro de la montaña y debajo de hojas de zinc, por ello cuando llueven reciben toda la lluvia y, además, tienen problemas de nutrición, duermen en el piso, entre otros problemas.
Ante todos estos problema que atraviesa esta familia, la Defensoría del Pueblo, a través de su Oficina Regional de Herrera, inició gestiones para garantizar el derecho a la educación y la identidad de cuatro menores de edad que viven con sus padres en condiciones pracarias.
Durante una inspección "in situ", el personal de la Defensoría del Pueblo constató que ninguno de los cuatro niños asiste a la escuela, dos de los menores no han sido inscritos en el Registro Civil, por lo que carecen de identidad.
De acuerdo al Artículo 7 de la Convención sobre los Derechos del Niño, un niño o una niña debe ser registrado inmediatamente después de su nacimiento.
En tanto, el Tribunal Electoral establece de acuerdo a la Ley 100 de 1974 que la inscripción debe hacerse en un término no mayor de 15 días, expresión que implica la urgencia y la necesidad de actuar en un lapso de tiempo razonablemente breve.
Debido a que los infantes no saben hablar ni tienen una adecuada alimentación ni un hogar digno (viven debajo de hojas de zinc y duermen en el piso), y la madre padece de discapacidad mental, la Defensoría del Pueblo inició las gestiones ante las oficinas de Registro Civil a fin de agilizar los trámites para que estos menores sean reconocidos y obtengan su identidad.