Los dos cementerios del corregimiento de Changuinola, en Bocas del Toro, están saturados y los dolientes tienen que enterrar a sus muertos en cementerios distantes como el de Guabito, en el área fronteriza, y Almirante, área insular.
Rafael Barría dijo que además de la saturación, el desorden con que se han asignado los espacios principalmente en el cementerio nuevo o el que está camino de Changuinola a Guabito, es lo que ha provocado el problema.
Agregó que los inspectores de Ingeniería Municipal de Changuinola cuando asignan un lote no van al cementerio, simplemente la persona construye la tumba donde mejor le parezca, lo que ha provocado que algunos muy cómodamente construyeron bóvedas en pleno paso vehicular, por donde pasaban las carrosas.
Actualmente el transporte para un ataúd es nada más hasta la entrada y de ahí en adelante tienen que cargar el cajón al hombro con el peligro de que si alguien se resbala podría quedar ensartado en una varilla de acero de quienes construyen las tumbas y las dejaron para poder sepultar a otra persona en el siguiente nivel.
El ingeniero municipal, Jaime Del Cid, reconoció que existe el problema y que se busca la alternativa, que podrían ser dos lotes continuos al actual cementerio, aunque aseguró que faltan negociaciones con los dueños de las tierras.
Sobre los permisos dijo que están suspendidos por la falta de espacio.