Un delincuente que acababa de huir de una cárcel cercana a la ciudad brasileña de Porto Alegre prendió fuego ayer a una casa en la que había cuatro niños que murieron carbonizados, informaron fuentes policiales.
Marcio Cardoso, de 18 años, había escapado del Instituto Penal de Mariante hace dos semanas y fue capturado cuando las llamas que había provocado aún no habían sido apagadas por los bomberos.
Según fuentes oficiales, inicialmente dijo que prendió fuego a la vivienda "porque le había prometido al diablo un cuerpo a cambio de su libertad".
Sin embargo, luego afirmó que el padre de los cuatro niños, que tenían entre 12 y seis años de edad, le debía 200 reales (unos 70 dólares) y se negaba a pagarle.
El padre de los pequeños, Celso Da Silva, negó conocer a Cardoso y dijo que antes de prenderle fuego a la casa había entrado en ella con intención de robar.
Agregó que fue golpeado por Cardoso, perdió el conocimiento y lo recuperó cuando la casa ya ardía. Logró escapar, pero dijo que no tuvo tiempo ni forma de ayudar a sus hijos.
Cardoso, que ya tiene una condena a diez años de prisión por un asesinato, ahora puede recibir otra pena de entre 12 y 30 años, esta vez por cuádruple homicidio calificado.
El suceso conmocionó a la comunidad.