Son ya 11 años de tu adiós. Once años que reposan en los recuerdos de tus goles, de tu alegría y del llanto, que enmarcó aquel 6 de mayo de 1993.
Rommel Fernández Gutiérrez era aquel muchacho de barrio, que se marchó de esta tierra hacia Europa. Fue en ese recordado "Mundialito de Inmigración" donde Rommel demostró calidad con 10 goles. Allí las puertas se abrían para unirse al club Tenerife, de segunda división.
En 1987 es contratado para ser su goleador, lo que ayudó a ese equipo isleño a subir a la liga de los grandes, de las estrellas, la Liga Española.
Rommel fue goleador (pichichi) de la segunda división. Además se ganó el trofeo EFE, que se le da al mejor jugador de Iberoamérica y grandes estrellas de la constelación futbolística lo han logrado tomar.Honor al hijo
Luego de aquel trágico accidente que lo llevó a una mejor vida, el jugador vive en los recuerdos, de donde nunca podrá morir, donde la inmortalidad lo hace estar en esta tierra por siempre.
Pues se trata del niño que soñó con ser grande; aquel muchacho que amó a este deporte tanto como a su vida y aquel que escribía versos con sus goles.Grandes momentos
Luego de ser contratado por el Tenerife, allí su mejor amigo: el gol, le dio el cariño de la afición.
Y es que con su ayuda, luego de 28 años, este elenco subió a la primera división, cuando en la promoción marcó dos tantos, y contribuyó a derrotar al Real Betis.
Debuta el 3 de septiembre de 1989 Rommel en primera división, ante el Sevilla. Entró a sustituir a Quique Estebaranz, en el estadio Sánchez Pizjuán.
En esta primera temporada marcó ocho goles y en la segunda 19. En las dos fue el máximo goleador de su equipo.
De allí saltó al virtual campeón de este año de la Liga, el Valencia, pero no logró demostrar todo su fútbol, por la poca oportunidad que le dio el técnico holandés Guus Hiddink.
De 29 partidos en que participó, sólo en 9 fue titular, para marcar únicamente dos goles.
Posteriormente se fue al Albacete, donde regresó la alegría del gol, siete goles en 18 cotejos.
Se enmarcaba nuevamente hacia el camino de los grandes, pero llegó la noche, cayó el sol y un accidente de auto nos dejó sin Rommel, nos dejó sin gol.