Las denuncias en torno al supuesto manejo irregular del subsidio electoral del Partido Panameñista, origina dudas sobre el control del Tribunal Electoral, sobre esos dineros que provienen de los impuestos que pagan todos los panameños.
Cada quinquenio, el Estado le otorga más de 20 millones de balboas a los partidos políticos para sufragar los gastos propios de las campañas electorales y el funcionamiento de esos colectivos.
Ahora surge una denuncia de la nueva dirigencia del Panameñismo donde se advierte que se utilizaron casi 400 mil balboas para la compra de la sede del partido, pero el edificio no figura entre los activos de la organización.
Frente a ese hecho surge la interrogante sobre los controles que se ejercen sobre el manejo de esos dineros. Esa plata proviene del Tesoro Nacional y no deben permitirse irregularidades.
Un control previo y posterior del manejo de esos fondos habría detectado esa situación, que debe ser objeto de una profunda investigación.
No se descarta que las situaciones que se están dando en el Panameñismo se repitan en otros colectivos.
El Tribunal Electoral debe aclarar cuáles son los mecanismos para evitar que con fondos públicos se hagan fiestas, so pretexto que constituyen un subsidio.
Panamá vive una estrechez económica y sería preferible destinar esos 20 millones de balboas del subsidio estatal para obras sociales, en vez de financiar a políticos, muchos de los cuales pueden sufragar los gastos de sus colectivos, tal como se hacía en el pasado.