El corazón es una bomba diseñada para impulsar la sangre a través de las arterias y hacerla llegar a todos los músculos y órganos del cuerpo. A fin de cumplir con su tarea, necesita generar presión. Esa presión, cuyos valores fluctúan de acuerdo con el funcionamiento del corazón y el estado de las arterias, debe ser suficiente para que la sangre circule, pero no tan fuerte para tensar en exceso el sistema cardiovascular. En este último caso se registra la hipertensión arterial o presión sanguínea elevada.
LAS CAUSAS
En más del 90% de los casos, la hipertensión responde a causas desconocidas y se califica como primaria o esencial. Si aparece como una afección previa casi siempre renal o endocrina, se llama hipertensión secundaria.
Para controlar o prevenir la alta presión:
- Mantenga un peso saludable.
- Haga ejercicio.
- Consuma una dieta rica en vegetales, frutas, fibra y productos lácteos con poca grasa, y con un nivel reducido de sodio y grasa saturada y grasa total.
- Si toma, limite el alcohol a dos tragos diarios (hombres) o un trago diario (mujeres).
Si por razones de estilo de vida no puede mantener o reducir su presión sanguínea a los niveles deseados, los profesionales pueden recetarle distintas medicinas. Es importante tomar tales medicamentos de acuerdo a como le sean indicados.