Algunas consideraciones sobre los rótulos y las pinturas en los medios de transporte de la ciudad de Panamá (Un tema de folclore urbano).
La presencia de palabras sajonas mezcladas con términos castizos, demuestran la fuerte intromisión de la cultura norteamericana en nuestro medio. La presencia de galicismos, de frases en inglés o lo anteriormente enunciado son casos frecuentes, por ellos veamos:
MR. ESTILO
Donde el vocablo extranjerizante da un sentido diferente según el propósito de quien lo solicitó, manifestó el informante.
La identificación del transporte con el lugar en donde opera o de donde proviene es motivo frecuente. Algunos ejemplos de los recolectados son los siguientes:
EL CHEPANITO, EL CHORRERANO
Filosofía en el pensamiento popular.
El tema axiológico tiene una gran vida entre este tipo de hechos culturales.
Ellos son el reflejo de la filosofía popular, en donde las sentencias son directas e inequívocas. Pareciera que de aquí emerge con toda agudeza la crítica a los males sociales.
Vivos ejemplos son los siguientes:
"Soy pobre, pero honrado". "El avaro es capaz de todo lo malo". "No me gusta el bochinche, pero me entretiene".
Temáticamente debemos clasificar otras tantas leyendas en:
Frases religiosas: "Por sus hechos los conocerán".
Humorístico: "Bajo un sol un ciego miraba a un sordo que escuchaba lo que un mudo le decía".
De sentido doble: "Si como lo mueves lo bates, que sabroso chocolate".
Satíricas: "Del cielo bajó un pintor a pintar tu hermosura y al verte tan flaca y fea se le secó la pintura".
ROTULO-PINTURA-DUEÑO- CONDUCTOR Y PINTOR
Son todos partes de una fuerte interrelación. Por norma general, el dueño del autobús o su conductor habitual contratan los servicios de un pintor, para que le pinte un determinado cuadro o leyenda. Es en muchos casos una solicitud humanizante, pues como dice Lora, "Se trata de una humanización del espacio mecánico en que vive el conductor aferrado a la máquina en la que se gana su salario".
¿Se trata de "una búsqueda de equilibrio entre el motor y la naturaleza, lo orgánico natural y lo mecánico?" En muchos casos sí, es el deseo de tener algo que le permita seguir sobreviviendo como hombre y no como máquina. Es por ello, que a veces encontramos quienes han pagado hasta B/. 150.00 por 18 cuadros pintados en el interior del autobús.
Tanto la leyenda como la pintura aspiran al encuentro del hombre consigo mismo, la sociedad en la que vive y el ambiente natural e histórico que le sirve de marco de referencia. Es la producción del artista que pasa de la observación directamente a la experimentación.
Este arte, de murales rodantes, diferente del que el mundo occidental moderno suele entender, en un arte propio que corresponde a las características históricas y sociales en que surge y a los propósitos de la comunidad que los hace posible, es libre, en tanto que no depende de su estilo ya que él es el producto del pintor que dialoga con su corazón y con el del pueblo; que no engaña, que no pinta las cosas en vano ni al azar, ni desfigurada el rostro ni el sentido de las cosas.
Hay en él causas diferentes de concepciones, de estilos, de tendencias, de método y de técnica. En algunos, el discurrir ideológico es más definido y claro; en otros el temple emocional tiene primacía; otros más dan preferencia a la grandiosidad y al dinamismo de las formas; pero todos ellos, los emparienta una corriente de energía popular y humanística. En síntesis hemos de confirmar que es un arte libre, imagen de un pueblo que lucha por la libertad, por eso puede verse de la variedad de estilo, mensajes, demás y tendencias particulares.
Vemos en este género del limpia inspiración la idiosincrasia del pueblo panameño expuesta a todos los que conviven en esta urbe, en verdaderos murales rodantes como ya hemos dicho.
En síntesis, un hecho folclórico que se proyecta con toda su gama de riquezas culturales.