Desde que se tiene a un niño en casa son infinitas las atenciones que se deben tener, sobre todo, si ese infante está próximo a entrar al colegio.
Pero, qué pasa cuando ese pequeño, después del primer día de clase te dice que no quiere volver y te inventa una y mil excusas. ¡Ojo!, es probable que ese ser que tanto quieres esté siendo víctima de unos compañeros que se dedican a hacerle la vida de cuadritos.
Claro está, quizás tu primera reacción como madre o padre es decirle: "dile que no te moleste", "no le hagas caso", "no seas tonto", en fin, múltiples frases que tal vez en nada ayuden al infante.
Ante ello, debes estar pendiente de que tu hijo no vaya a reaccionar de forma brusca frente a esos compañeros que no lo dejan tranquilo. Aquí también entra en juego la maestra, que es quien está la mayor parte del tiempo con ellos en el colegio.
Ahora, este tipo de hechos a veces no tienen solución porque lo vemos desde el mundo adulto, muy pocas veces nos ponemos en los zapatos de los niños, ¿qué quiere decir esto?, que no logramos sentir el miedo, la frustración, las pocas ganas de ya no ir a la escuela, todo esto, causado por un niño que, definitivamente, esta perturbando la vida escolar del otro.
Lo primero que hay que hacer es creer en nuestro hijo, hacerle ver que entendemos cómo se siente y después orientarlo, de manera atenta, y tomando muy en serio este asunto. Como segundo paso hay que analizar la situación y alentar al hijo a resolver lo antes posible, si es necesario hay que apoyarse de la maestra, e incluso, hablar con los padres del hijo implicado. Recuerden que hablando se entiende la gente.
Recuerden, un niño que se siente querido y aceptado, puede resolver de cualquier manera un problema por fuerte que sea, porque es un niño motivado.