Desde antes que anocheciera, este jueves 2 de abril, elegantes damas y caballeros llegaron al Hotel Plaza Paitilla a cumplir con una cita especial: una subasta.
Se trataba de la subasta de la American Society, el Comité de Caravana Social USA y la Cámara Americana de Comercio.
Había un poco más de centenar y medio de productos de dónde escoger. Cuánto pagar por ellos era potestad de cada uno de los que participaría.
Esa sensación de "¡yo puedo!", "¡yo decido!", "¡yo le pongo el precio que yo quiero!", "yo, y nadie más..", la iban a vivir. Algunos, quizás, por primera vez. Otros, por ..vez.
Entre el grupo para el cual las subastas son un ingrediente frecuente de su deliciosa vida, aunque no dejan de hacerle fluir la adrenalina, está Cristina Bridges, de Nashville, Estados Unidos, estaba lista para la puja y repuja que hace tan interesante esta vivencia, esta profesión de subastadora, que le ha permitido conocer a famosas estrellas de cine, artistas, políticos y hombres de negocio reconocidos de la primera potencia del mundo, quienes con su firma, un asentir o disentir con su cabeza, una palabra, inciden en la economía y suerte global.
Cristina, la primera mujer subastadora profesional de Estados Unidos, una vez más movió corazones y logró que la subasta sea un éxito. Eso sí, como ella lo deja de manifiesto, esta bella y gratificante labor fue con el concurso de gente solidaria, un sólido grupo de voluntarias y colaboradores que apoyan la gestión de la American Society, el Comité de Caravana USA y la Cámara Americana de Comercio.