Las reformas electorales que rigieron los comicios generales de 1999, se implementó en Panamá el subsidio estatal a los partidos políticos. Hoy se denuncian manejos irregulares de los fondos asignados al Partido Arnulfista.
Los partidos reciben cada quinquenio la astronómica suma de 20 millones de balboas, de los cuales el 40 por ciento, debe ser distribuido para cubrir los gastos de publicidad y de las convenciones, así como de las elecciones primarias de los colectivos legalmente reconocidos. Una parte de esos dinero se distribuye de manera igualitaria entre los partidos políticos. El resto se desembolsan a lo largo del quinquenio posterior a las elecciones, para cubrir los gastos propios del funcionamiento de las fuerzas políticas que subsistan en los comicios. Esta cantidad será entregada en proporción a los votos obtenidos, en los comicios presidenciales.
El subsidio estatal surgió como una vacuna para prevenir la infiltración del dinero del narcotráfico en la financiación de las campañas políticas. Sin embargo, ante las denuncias de corrupción que han sacudido a la clase política panameña, se hace necesario divulgar los detalles del manejo de esos fondos estatales.
La Ley de Transparencia permite el acceso a información sobre el manejo de fondos públicos y sin duda que el subsidio a los partidos políticos, entra dentro de esa categoría. La clase política debe revelar la forma cómo se manejan los fondos estatales que le son confiados.
Entendemos que los gastos de publicidad y los concernientes a la organización de convenciones y primarias, son pagados directamente por el Tribunal Electoral, contra la presentación de factura. Pero hay una suma considerable que los partidos manejan en la etapa post electoral y de esos dineros deben rendir cuentas a la sociedad.