La diversificación de la enseñanza es un tema que lleva décadas de discusión.
Sin lugar a dudas, se han realizado cambios en materia de diversificación a nivel secundario, sin embargo, a nivel de la educación superior, la diversificación ha sido una estrategia aislada y carente de una planificación dirigida al desarrollo del país. El mismo ha carecido en los últimos años de un plan que en dirección a un crecimiento socio-económico.
No releva esta situación, la responsabilidad que tiene la Universidad de Panamá de diversificar la educación superior, en función de las necesidades apremiantes del país. La oferta educativa diversificada, debe estar puntualizada en función del diagnóstico de esas necesidades que permitirán diseñar la oferta educativa pertinente para el desarrollo.
Esta dinámica transformadora, sustenta fehacientemente el papel protagónico que en materia de formación, juega la Universidad de Panamá.
En cada región, de acuerdo a sus recursos y a los diagnósticos en cuanto a las necesidades y posibilidades del área, se deben diseñar ofertas que permitan que la población permanezca cautiva y no migre, creando un ambiente, propicio a la inversión y al crecimiento, lo que generará mayor movimiento económico e incrementará empleos.
La diversificación de la oferta académica, debe ir de la mano con la modificación o eliminación, si bien se quiere temporal, de las carreras tradicionales que hoy día en el ámbito laboral, se encuentran sobre saturadas, contribuyendo al subempleo y desempleo sintomático de la carencia de una oferta académica que potencialice nuestro desarrollo económico y social.