domingo 27 de marzo de 2005

 

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  AL CIERRE

TRADICION: CELEBRAMOS LA RESURRECCION DE CRISTO
Pascua a todo color

María del Pilar Méndez | Crítica en Línea

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La costumbre más extendida alrededor del mundo, para celebrar la Pascua, es la regalar huevos de dulce o chocolate a los niños y a los amigos.

Hoy es un día único y especial para todos los que profesamos la fe en Dios y en su hijo Jesucristo, pues es el día en que Él ha vencido a la muerte y resucita después de ser crucificado por nuestros pecados.

A esta fiesta se le llama Pascua, y en Estados Unidos -al igual que en países gélidos como Alemania, Italia y Francia- se celebra de una manera particular y muy colorida, con los famosos huevos de Pascua, que en algunas ocasiones traen regalos dentro.

Aunque la tradición de los huevos no es propia de Panamá, fue traída por los norteamericanos radicados en la ex zona canalera y ahora algunos panameños también la practican. Incluso hay locales que preparan todo para revivir esa costumbre.

Melissa de Fernández de Lynn's Hallmark, especialistas en decoración y artículos de "Easter" o Pascua, nos explica de dónde nace esta tradición de los huevos y de su portador el conejito de Pascua.

LA TRADICION
Los huevos pintados formaban parte de las fiestas realizadas para recibir la primavera desde hace muchos siglos. Las civilizaciones antiguas de Egipto, Persia y Grecia iniciaron esta costumbre, y fue en el Siglo 15 que se estableció en Europa, siendo allí en donde artistas se dedican a decorar estos huevos con innovadores diseños e imágenes religiosas.

Los huevos de pascua en la antigüedad eran de gallina o de pato y en la Edad Media les eran regalados a los chicos durante las celebraciones. En sus comienzos, eran pintados a mano con colores estridentes que representaban la luz del sol. Los huevos se hacían uno a uno con un molde prefabricado, lo que dificultaba mucho su elaboración. Los colores llamativos fueron apareciendo con las grandes producciones de huevos, por los años 20 y 30 del siglo pasado.

Y es que desde los comienzos de la humanidad, el huevo fue sinónimo de fertilidad, esperanza y renacimiento. Aún ahora sigue representado renovación y para algunos, el buscar los huevitos escondidos simboliza la búsqueda de todo cristiano de Cristo resucitado.

EL CONEJO
Este simpático personaje tiene sus orígenes en Europa. Originalmente era una liebre y el símbolo de la Pascua para los alemanes, que llegaron al continente americano en el Siglo 18.

Según esta creencia, la liebre blanca dejaba huevos de colores brillantes para los niños buenos en la mañana de Pascua de Resurrección.

En Estados Unidos -ya un siglo después- se cambia la liebre por el conejo, que con canastas de huevos, chocolates y regalos es el deleite de los más pequeños.

Por otro lado, una vieja leyenda reza que "Eostre", Diosa de la Primavera, transformó a un pájaro en liebre, pero el pobre animal no olvidaba sus viejos hábitos y siguió construyendo nidos y llenándolos con huevos.

También hay otra historia que cuenta que cuando metieron a Jesús al sepulcro, dentro de la cueva había un conejo escondido, que muy asustado veía cómo toda la gente entraba, lloraba y estaba triste porque Jesús había muerto.

El conejo se quedó ahí viendo el cuerpo de Jesús cuando pusieron la piedra que cerraba la entrada y lo veía preguntándose quien sería ese Señor a quien querían tanto todas las personas.

Pasó todo un día y toda una noche observándolo, cuando de pronto, el conejo vio algo sorprendente: Jesús se levantó y dobló las sábanas con las que lo habían envuelto. Un ángel quitó la piedra que tapaba la entrada y Jesús salió de la cueva.

El animal comprendió que Jesús era el Hijo de Dios y decidió que tenía que avisar al mundo y a todas las personas que lloraban, que ya no tenían que estar tristes porque Jesús había resucitado.

Como los conejos no pueden hablar, se le ocurrió que si les llevaba un huevo pintado, ellos entenderían el mensaje de vida y alegría y así lo hizo.

Desde entonces, dice la leyenda, el conejo sale cada Domingo de Pascua a dejar huevos de colores en todas las casas para recordarle al mundo que Jesús resucitó y hay que vivir alegres.

 

 

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