El pescado se divide en magro, semigraso y graso, contiene entre un 15% y un 20% de proteínas y es rico en minerales y vitaminas, sobre todo, fósforo, yodo, flúor, cobre, vitaminas A, magnesio, hierro, zinc, entre otros. El pescado graso constituye una buena fuente de vitamina D de la que carecen los animales terrestres.
El pescado no se libra de la contaminación, mucho más aquellos que se alimentan de otros peces. Cuanto más tiempo tenga y por ende mayores dimensiones son más propensos a estar contaminados. Los peces de agua dulce suelen estar más contaminados que los de agua salada. Por esto es preferible limitar el consumo de pescado que habite en aguas contaminadas.