Desde el gobierno de Guillermo Endara a inicios de la década de 1990, la creación de una nueva Constitución Nacional se ha quedado como una asignatura pendiente. La que rige actualmente con sus reformas, fue creada por el régimen militar de Omar Torrijos Herrera, y constitucionalistas y abogados del país han clamado por la elaboración de una nueva Carta Magna.
Con el llamado del Presidente Ricardo Martinelli a un diálogo nacional, se estaría preparando el camino para una Asamblea Nacional Constituyente. Durante meses, la oposición política ha denunciado las supuestas intenciones reeleccionistas de Martinelli, que estarían detrás de un eventual llamado a Asamblea Constituyente.
Pero por primera vez, Martinelli desmintió estos planes. Aunque de todas formas, con la estrepitosa baja en su popularidad, cualquier plan inmediato en ese sentido se hace bastante improbable.
Lo importante es que al menos por ahora -y por primera vez en 20 años- comienza a entrar en calor el tema de redactar una nueva Constitución, más moderna y más acorde con la actual situación de la República.
Esperemos que el debate sea de carácter verdaderamente incluyente, y que todos los sectores se involucren, incluyendo a los opositores, los gremios obreros altamente críticos de los gobiernos, la empresa privada y los gremios profesionales.
Y ojalá que por una vez en la vida no se gaste la saliva y el tiempo de todos los interlocutores para que al final se imponga los intereses oficiales en el texto final.