Nadie sabe lo que tiene, hasta el día que lo pierde. No lloremos como Magdalenas, lo que no estamos defendiendo como amantes de la naturaleza. ¿Acaso somos tan conformistas que sólo nos deleitamos con apreciar a este prodigio de la ornitología, en fotografías, televisión, cine, o en cautiverio; en vez de verlas volar libres y soberanas por los cielos nacionales, regalándonos una cacofonía de sonidos y un estallido de colores rojo, azul, amarillo y verde?
La guacamaya escarlata (roja) es muy inteligente; en ocasiones se ha visto a ejemplares mayores cubrir con sus enormes alas a los menores e indefensos (aunque no sean sus hijos) contra la lluvia o depredadores. Según los expertos, esta ave tropical llega a vivir hasta 70 años en cautiverio. Las guacamayas lamen barro en las riberas de los ríos, porque son ricos en sales y minerales, suponen los expertos que es para neutralizar las toxinas de su dieta a base de semillas.
Existen muchas variedades de guacamayas, llamadas en otros países como "papagayos"; las que hoy nos ocupa, es la mal llamada "Guacamaya Bandera" con varios colores. Su verdadero nombre es Guacamaya Roja o Escarlata.
Esta variedad habita en Panamá solamente en la isla de Coiba.
Los ejemplares que ilustran esta nota, son pinturas en acuarela hechas por quien escribe- en cada pincelada, meditaba y pensaba en el día que por culpa de irresponsables no tengamos en nuestro país a esta ave del paraíso.