Una humilde familia integrada por cinco niños y dos adultos viven, en una pequeña casita forrada de zinc, ubicada en la apartada comunidad de San José, en el corregimiento de Salamanca en la provincia de Colón.
A falta de un empleo permanente, esta familia no cuenta con los recursos económicos suficientes para subsistir y sacar adelante a sus hijos, más ahora que está próximo a iniciar el periodo escolar.
Alma Rosa Ibarra, de 28 años de edad madre de estos cinco pequeños, en pocas palabras dijo que no sabe qué hacer para comprar los uniformes y útiles escolares para cuatro de sus hijos que asistirán este año a la escuela.
"Deseo trabajar, pero no tengo con quién dejar a mis hijos", expresó Alma, quien desea apoyar a su esposo y llEva, Crítica en Línear una vida en mejores condiciones.
Otra de las situaciones que les preocupa es que cuando uno de sus hijos se enferma y la necesidad los hace salir a un centro hospitalario, situación que se les hace difícil porque tienen que pagar transporte, la atención médica y los medicamentos.
Pastor Moreno, el hombre de la casa, manifestó que recibe un pequeño ingreso de dinero cuando trabaja como machetero, pero que no le alcanza para sufragar todas las necesidades ya que cuanto mucho gana unos seis dólares por día.
Este hombre del campo dijo que recientemente sufrió un accidente que le provocó serias lesiones, y que ahora no le permiten hacer trabajos pesados e indicó que su condición de salud es muy delicada.
"A lo que Dios quiera", de esta manera se expresó Pastor, ya que no puede realizar trabajos que requieran de mucho esfuerzo, por lo que en muchas ocasiones ha tenido que sobrevivir por la caridad de personas residentes de la comunidad de San José.
La casa de paredes y de techo de zinc, además de piso de tierra, sin muebles, sólo cuentan con un par de colchones donde duermen los cinco niños y sus padres. Los alimentos que consumen, son logrados del cultivo que logra dar la tierra que está en los alrededores de su hogar.