Antonio Cassano mandó un mensaje de tranquilidad a su club, participando de forma decisiva en un triunfo trabajado del Real Madrid ante su eterno rival. Una victoria que le sirve de estímulo y optimismo para el próximo miércoles donde se juega su futuro en Europa.
Cassano fue el hombre del partido. Comienza una nueva era en el Madrid. Después de aterrizar con muchos kilos de más, la imagen de Cassano salió fortalecida del Bernabéu. Dio la cara, jugó con intensidad, a la italiana, en un derbi, que vio Ronaldo en la grada, en el palco de jugadores.
A Cassano se le vio activo. Se atrevió a pelear en velocidad con Perea, uno de los futbolistas más rápidos de la Liga española. Con ese dato, no hay nada más que añadir.
Cassano estuvo en todas las batallas. Y su gol calma la agitada atmósfera del club. El Atlético, con un derroche físico interesante, no contó a la hora de la verdad con la calidad de Petrov y Torres. De ellos se esperaba más.
No defraudó el derbi. Tuvo vértigo como siempre. Vértigo porque de inmediato Cassano ilusionó al madridismo con un gol balsámico. Ese gol olvidó los malos tragos de la semana. El público es generoso y ovacionó al Madrid cuando salió al campo.
Aprovechó el Real Madrid el pasillo de Velasco en la banda derecha. Es la zona más débil del Atlético y por allí Roberto Carlos entró con autoridad. Cuando el brasileño acelera, el Madrid lleva peligro. Y de un centro medido suyo, surgió el gol de Cassano.
Acertó López Caro con Cassano mientras Ronaldo veía la hazaña del italiano en la grada. Cassano ha jugado decenas de derbis pasionales en Roma con el Lazio.