En medio de la inmundicia unas 50 familias humildes de la provincia de Veraguas, residentes en varias comunidades cercanas al vertedero municipal de Santiago, tienen más de 24 años de recoger alimentos y otros desperdicios, con los que han logrado sobrevivir para sostener a sus hijos.
Maximina Rodríguez y Maribel González, madres de familia, indicaron a este medio que llevan muchos años dedicados a la recolección de desechos para poder subsistir con los miembros de su familia, sin que a la fecha nadie se haya preocupado por la situación difícil por la que ellos están pasando.
En el vertedero municipal también hay unos 30 niños pepenadores que tratan de ayudar a sus padres recolectando vidrio, metales, papeles, plásticos y otros materiales que luego venden a bajos precios en algunas de las empresas ubicadas en la ciudad de Santiago.
Esta situación la conoció la ministra Leonor Calderón, del MINJUMNFA, quien en una visita reciente por la provincia de Veraguas ordenó las inspecciones y evaluaciones sociales de las personas que consumen alimentos y recogen artículos dañados del basurero, y en la que también hay niños trabajando en ese contaminado lugar.
La ministra Calderón hizo el llamado a las autoridades municipales de Santiago, para que se les impida la entrada a los niños o menores de edad al basurero, y evitar el contagio de enfermedades peligrosas en las personas que frecuentan este pestilente lugar, donde depositan todos los desperdicios de la capital veragüense.
Dijo que las familias dedicadas a estas actividades de recolección de desechos se les incluirá dentro del programa de protección social, que se iniciará en los próximos meses y que es adaptado a las personas de extrema pobreza, como lo es el caso de los que están en el crematorio ubicado en la comunidad de El Espino de Santiago.
La presencia de niños en estas áreas no debe darse, y se harán las visitas necesarias a ese lugar con el fin de convencer a los padres de esos menores, por el alto riesgo que se tiene de contraer enfermedades, ya que allí se arroja todo tipo de material contaminante y desechos hospitalarios.
La situación es preocupante, de acuerdo al Dr. Roberto Fábrega, jefe del Departamento de Protección de Alimentos del Ministerio de Salud (DEPA), quien informó de la anomalía con las personas que recogen los desechos de ese lugar y otros que prácticamente están viviendo en el vertedero.
Maximina Rodríguez aclaró que lleva toda una vida recolectando todo tipo de desechos y con esto ha mantenido a su familia, pero la difícil situación económica que atraviesa en estos momentos no le ha permitido sacar dinero para los uniformes y otros útiles escolares para sus hijos.
Maribel González manifestó que no es fácil estar todos los días en un lugar pestilente como ese, sin embargo, lo hace por la necesidad.
Dijo que a veces no logran recolectar nada, y que no hay nadie que les brinde y la única forma de conseguirlos es recolectando artículos de metal en el vertedero.