Parece repetido de un informe del año pasado, pero es una realidad. Muchos colegios públicos no están listos para recibir a la gran cantidad de estudiantes que se aprestan a recibir clases dentro de pocos días cuando de inicio al periodo lectivo.
El solo hecho de no contar con los colegios para recibir a los alumnos indica que no podrá ser un buen inicio de clases. La diferencia este año es que las administraciones gubernamentales han cambiado: hay nuevo presidente de la República y nuevo ministro de Educación.
La excusa parece ser la misma. Los procesos entorpecen la fluidez de los trabajos e, inclusive, la contratación de los docentes, situación que este año muestra cierto toque de corrección, pues se ha tratado de tener a los educadores listos en sus puestos con mucho tiempo.
Las autoridades de educación deben entender que con este sistema de enseñanza y aprendizaje no se juega. No hay tiempo ni lugar para excusas porque lo que se pone en juego es el alimento intelectual que recibirán los futuros hombres del país.
Si existen problemas como los que hemos señalado, la desnutrición intelectual será evidente al momento en que estos jóvenes intenten aspirar a una carrera profesional en las universidades del país o las extranjeras.
Es comprensible que las nuevas autoridades heredaron ciertos desajustes, pero se espera que el para el 2006 no sólo sea un año próspero de forma general, sino que todo marche como Dios manda y se note al final ese 10% del gasto público que se invierte en la educación nacional, que hasta ahora no se palpa ni se ve en el horizonte de nuestra patria.