Sí ha leído la Biblia, se podrá dar cuenta que hasta Jesús fue tentado por el diablo, pero nunca cayó. Por eso se cumplió la profecía y podemos alcanzar la vida eterna, gracias al sacrificio de la cruz.
Los seres humanos, en cambio, (hombres o mujeres) somos tentados cada dos segundos. ¿Quién no ha recibido una propuesta de ganar un dinero a cambio de algo?; ¿Qué hombre no ha desviado la mirada con el paso de una dama hermosa y sensual?
Los panameños saben que este tipo de situaciones se repiten a diario, pero tenemos que tener la fortaleza para salir huyendo al llamado del pecado.
En Santiago 1:12, habla de una bienaventuranza y una corona para aquel que soporta la tentación y la pregunta que cabes es: esa "tentación" de la que se habla ¿es la prueba de Dios que se menciona en el verso 2, o es la tentación producida por la concupiscencia del verso 14, o son ambas?
Cuando el versículo 2 de Santiago 1 habla de pruebas, se está refiriendo a algún problema, que altera la condición de tranquilidad, comodidad, gozo y felicidad en la vida de alguien.
El propósito de Dios para enviar las pruebas es ayudar a la persona a descubrir el nivel de su fe. Toda prueba enviada por Dios tiene como meta fortalecer la fe de la persona.
La responsabilidad de la persona que es probada es soportar la prueba. Esto significa recibir la prueba como algo que viene de Dios para beneficio de la persona probada y rechazar cualquier pensamiento en el sentido de reclamar a Dios o pensar que Dios es injusto, o que no vale la pena ser un discípulo de Cristo o abandonarnos en los brazos de la auto-conmiseración o la autocompasión.
El propósito de las tentaciones es sacar lo peor de nosotros.
Las pruebas en cambio tienen como propósito el sacar lo mejor de nosotros.