Luego de una fatigosa romería, miles de feligreses llegan a la población de Atalaya, en la provincia de Veraguas para pagar hoy sus "mandas" a Jesús Nazareno. Es una tradición que se cumple cada primer domingo de Cuaresma.
En la procesión los creyentes harán renovación de la fe cristiana y se encomendarán a la deidad milagrosa cuya fama ha trascendido las fronteras patrias.
En estos tiempos de crisis social, económica y moral reconforta que una multitud tenga su encuentro con Jesús; debemos acercarnos más al Cristo pidiendo que haya sosiego en nuestras vidas y que se perdonen nuestros pecados.
Nuestras plegarias las elevamos al firmamento para que el Cristo de la Basílica de San Miguel Arcpangel derrame sus bendiciones y que haya paz y armonía entre los panameños.
Además nos unimos a las peticiones particulares de cada uno de los peregrinos para que el Cristo milagroso la traiga salud y sosiego .
Cada devoto que estará hoy en Atalaya tiene una historia distinta, pero acude confiado en que el Hijo de Dios escuchara sus ruegos, porque entiende que Jesús de Nazareno atrae y convoca al hombre a una verdadera conversión a través de la oración y arrepentimiento de los pecados.
Lo que se verá hoy en Atalaya no es fanatismo, es la fe de un pueblo que busca la esperanza en la imagen del Nazareno, que llegó a esa población de Veraguas allá por el año 1730.
Lo importante de la jornada de hoy es que cada uno de los asistente salga con un corazón renovado lleno de esperanzas hacia el futuro y con mayor amor hacia el prójimo. La conversión en mejores personas es lo que busca el Hijo de Dios, porque sólo así se garantiza que su sacrificio en pro de la humanidad no fue en vano.