Dicen que las cifras estadísticas son frías. No creo que siempre sea así para todas las personas. Me enteré, el otro día, que diez millones de niños mueren al año �por no tener medicinas! Eso lo señaló el máximo organismo de Salud, a nivel mundial.
Si consideramos los miles de millones de personas que hay en estos momentos en el mundo, esa cifra puede ser pequeña.
Pero recuerdo lo que dijo una vez un médico de niños: "un solo niño que se logre salvar, vale hacer todos los esfuerzos".
Eso de las medicinas es un asunto de muchos años... �e intereses económicos!
Aquí en Panamá, se han tomado medidas populares para que los panameños de pocos ingresos las consigan a bajo precio.
Recuerdo que hace unos treinta años se pusieron de moda las "medicinas genéricas". Esto se logró porque en las leyes del mercado capitalista, la marca tiene un costo.
Entonces, ciertos medicamentos de consumo popular comenzaron a venderse a muy bajo precio. No tenían marca de fábrica y había que pedirlo por su nombre científico.
Me tocó ver listas de medicamentos con el nombre comercial y el genérico, para que no hubiese confusión.
A esta acción se unieron las "farmacias comunitarias". Eran centros de venta de medicina financiados por el Gobierno, por eso podían vender a bajo precio.
Incluso, como periodista, asistí al acto de inauguración de un proyecto universitario, donde se fabricaban píldoras medicinales. La idea todavía ronda entre directivos de la Universidad. Sería conveniente para los que asisten a ella, una Farmacia Comunitaria, que no funcione pensando en ganancias sino en servicio.
Hace pocos años, se hizo mucha publicidad a una ley que, supuestamente, bajaría el precio de los medicamentos. Lamentablemente ello no ha sido así. Los panameños todavía tenemos que pagar precios altos para conseguir medicinas.
Nadie niega que las empresas que producen medicamentos tienen todo el derecho a lograr ganancias. Pero ellas deben ser adecuadas al producto. La medicina puede significar la vida o la muerte de personas.
También, a veces, se ha dado el sobreprecio. Medicinas que pueden comprarse en otros países a veinticinco centavos, aquí se venden a un balboa o más. �Eso es especular con la salud!
Y lo peor, es saber que decenas de miles de balboas en medicamentos pierde el Seguro Social al año... �porque nadie los va a buscar!
