Tratan a sus rehenes de forma brutal y han adquirido la costumbre de cortar dedos para forzar el pago de rescates: esta cruel forma de actuar de las organizaciones criminales búlgaras dedicadas al secuestro tiene conmocionada a la sociedad búlgara.
El último caso ha sido la dramática liberación del ejecutivo Angel Bonchev, presidente del club de fútbol Litex, tras 52 días de cautiverio, y el posterior secuestro de su esposa.