Todo en la vida llega en el momento justo, y no es una mera frase de consuelo, sino una expresión que se debe tener presente, pues donde no hay justicia humana, la justicia divina se hace sentir.
Me refiero a hombres y mujeres que han sido objeto de injusticias por parte de protegidos por el poder del momento. Personas que se han visto denigradas, irrespetadas, y que le han despojado de lo poco que con esfuerzo, dedicación y el trabajo honesto, lograron alcanzar.
Frente a realidades de esta naturaleza hay que tener mucha fe y sobre todo ofrecerlo a nuestro creador. Confiar en la justicia divina es una de las pruebas más difíciles que pueda vivir un ser humano, ya que la tendencia es tomar la justicia por las manos.
Con este tema, me ubico en la realidad de cientos de miles de personas que ven en la nueva administración, una luz de esperanza a sus necesidades, a sus derechos.
También visualizamos la otra parte, personas que logran hacer que sus crímenes queden impunes, sus robos ocultos, su odio disfrazado, su fealdad en carisma, su corrupción como virtud, su ignorancia como ingenio y parece que quisieran burlar la justicia, pero ignoran que la justicia divina, algún día los alcanzara. Estos seres muchas veces, al final de su gestión, al verse acosados porque se descubre su actuar y los daños que han causado, llegan a expresar que las acusaciones de que son objeto alcanzan a su familia. Expresiones que caen en lo absurdo, cuando no recuerdan que con su actuar y decisiones, otras familias sin recursos ni respaldo también sufrieron.
En las Leyes Cósmicas no hay delitos impunes, todos se paga, a veces la "Sentencia Divina" tarda, pero se cumple indefectiblemente. Solo una energía puede detener el brazo de la Justicia Divina y este es el perdón, que funciona mediante la ley del perdón. No es el pedir perdón hipócritamente de labios para fuera como un formalismo para que le condonen la deuda al inculpado, es ese perdón verdadero proveniente del corazón que va a acompañado de un verdadero arrepentimiento y que se suplica desde las profundidades del alma.