Señalaba una de mis profesoras de español que "lo propio no siempre es correcto y lo correcto no siempre es propio", frase cuya sabiduría parece aplicarse a los entuertos que no terminamos de entender en materia legal, con relación a las reelecciones universitarias en este país de cuentos y novelas.
Lo que hoy parece, mañana ya no es más que historia o simples antecedentes, según abogados, juristas y analistas que valorizan los acontecimientos que causan incertidumbre entre la población universitaria.
De acuerdo al Rector de la UNACHI en Chiriquí, Virgilio Olmos, su posición en el cargo es legal y así, el fallo emitido por la Corte Suprema de Justicia sobre la nulidad del acta número uno del Consejo General Universitario de 30 de enero de 2003 no procede para que abandone su cargo obtenido anterior a dicho fallo, porque la ley 4 que le permite la reelección se aprobó antes de cualquiera intervención jurídica de la mencionada instancia judicial.
Cambiamos de escenario y la historia parece repetirse en la Universidad de Panamá, pero al revés: La Corte Suprema falla y dicta que el actual Rector no puede participar en la reelección de su cargo, creando incertidumbre entre el estamento universitario. Tras la confusión que genera, se establece un nuevo precedente mediante la aceptación de un recurso que "suspende lo suspendido" de acuerdo a una opinión profesional.
Parecen "Cantinfladas" al mejor estilo del susodicho personaje. Lo cierto es que cuando no existe claridad en los hechos y no hay una toma de decisión suficientemente concreta, la ambig�edad distorsiona el camino hacia lo correcto.
A los periodistas se nos exige como regla de oro, que al escribir lo hagamos breve, conciso, preciso y "con seso" para evitar distorsiones o malas interpretaciones en la información que se publica. Ahora bien, �por qué los protagonistas de la ley y la justicia no se acogen a estos términos en la buena redacción para que se logre una excelente comunicación con la sociedad que deben orientar y proteger?
"En casa de herrero, cuchillo de palo" reza un viejo y conocido refrán popular.
