El riesgo de sufrir infarto puede reducirse en más de un 50 por ciento de los casos con un uso continuado de la bicicleta, según revela un estudio.
Además señala que un pedaleo diario durante 10 minutos mejora considerablemente tanto la musculatura, como el riesgo sanguíneo y las articulaciones.
La práctica de este deporte reduce igualmente el colesterol negativo, responsable de la calcificación de los vasos sanguíneos, además fortalece la musculatura de la espalda y mantiene la columna vertebral protegida de vibraciones y golpes.
El ciclismo practicado regularmente mejora el sistema inmunológico, ya que, según se explica, su uso continuado facilita que el trabajo de las células fagocitarias, responsables de eliminar bacterias y células cancerígenas del cuerpo humano, sea mejor.