La cosa está dura, pero no para comer haciéndose el vivo al mejor estilo de El Panameño". �Quiere saber cuál es ese estilo? El bombillo se le prendió a muchos en el preciso momento cuando importantes compañías que venden víveres en supermercados iniciaron con una parte de su marketing para promocionar sus productos.
Ellos, además de los anuncios y los "habladores", introdujeron un equipo de apoyo a quienes han denominado degustadoras. Estas chicas realizan un papel genial. Hacen que el cliente se vaya conociendo más -por su propia cuenta- sobre el producto que promocionan y, en la mayoría de los casos, logran que los consumidores lleven una o dos latas de su producto. El papel de estas bellas damas hay que aplaudirlo porque deben tener sus técnicas para atraer al cliente a la mesa de degustación, luego para que éste pruebe el bocado y zas: cliente nuevo.
No es malo ir a un local de estos y probar un producto que le interese llevar. Todos siempre desean una probadita para arriesgarse a comprar más de la cuenta. Lo negativo es cuando ciertas personas, que ya saben dónde están las chicas, se pasan en las mañanas, los medio días y las tardes para tomar café con galletitas, la sopita del medio día y la tuna por la tarde.
Hummm, qué rico. Así dicen los descarados. No tienen pena ni mucho menos le importa que ya lo tienen reconocidos en las cámaras de circuito cerrado de TV de estos establecimientos comerciales.
Si usted anda haciendo esta mala práctica, mejor es hacerlo cuando realmente va a probar de verdad porque está afectando el trabajo de una persona que ha sido contratada para hacer incrementar la clientela, no para satisfacer el hambre de unos vivos. En el establecimiento donde usted se la pasa comiendo, allí también venden lo que a usted le gusta, así que mejor cómprelo.
